Una saga de adrenalina y acción como la de Rambo no parece, a priori, un proyecto para Adriana Barraza. Pero la carismática actriz mexicana se interesó por Rambo: la última misión (Rambo: Last Blood) porque se ve al héroe inmortalizado por Sylvester Stallone “de una manera humana”.
Nominada al Óscar a la mejor actriz secundaria por su personaje en Babel, Barraza integra un reparto muy hispano en el que también figuran la estadounidense de origen chileno Yvette Monreal y los españoles Paz Vega, Óscar Jaenada y Sergio Peris-Mencheta.
Con Stallone una vez más al frente, esta quinta entrega de la saga muestra a un Rambo agotado y consumido por los demonios personales pero que debe emprender un nuevo desafío: enfrentarse en México a unos sanguinarios criminales.
El personaje era muy conmovedor y hay una cosa que me gustó mucho: ver al héroe de una manera humana
Muchos se preguntan si Barraza se sorprendió de que la invitaran a formar parte. “Me encanta la versatilidad en los trabajos y pensé: ‘un icono como Stallone y Rambo, que ha sido parte del cine ya iconográfico… pues claro que me encantó. El guion fue realmente lo que me decidió a hacerla. El personaje era muy conmovedor y hay una cosa que me gustó mucho: ver al héroe de una manera humana. Este héroe que tiene ya una edad, que tiene muchas dudas de sí mismo, que tiene una maraña de pensamientos y de emociones… Verlo dudar, verlo flaquear: eso me parece tan importante porque nos conecta como seres humanos con los personajes”.
La más reciente entrega de Rambo llega hoy a las salas de cine del país, precedida por fuertes críticas sobre su argumento y de un regular desempeño en la taquilla estadounidense, donde acumula 19 millones de dólares.
¿Cuál es la relación entre María (su personaje) y Rambo?
Es una mujer con muchos pantalones, capaz de decirle a este hombre que viene de la guerra, con una situación tan complicada: “Espera, para un poquito, ya no estás en la guerra, solo es tu cabeza”. Y es capaz de darle estos consejos maternales, pero también de ponerse fuerte.
¿Qué vio detrás de Stallone, un tipo duro del cine de acción?
Acostumbro a ver el trabajo de mis compañeros antes de empezar los rodajes (…) Es un señor completamente disciplinado, y yo amo la disciplina, que sabe muy bien su negocio (…), y, sobre todo, que se entrega en las escenas. ¿Cómo no agradecerle, a quien sea, que te mire a los ojos, conecte contigo y que, en el primer ensayo, podamos empezar a construir nuestros sentimientos, que de eso se trata en nuestras escenas?
La película representa a un México violento y oscuro…
No se puede tapar el sol con un dedo. Pero creo que en esta película están representados, grosso modo, los dos tipos de mexicanos. El personaje de Paz Vega, el de Yvette y el mío, que somos los mexicanos que nos levantamos todos los días a trabajar, no importa si vivimos de este lado de la frontera o el otro. Y, obviamente, está ese grupo de personas sumamente violentas, que puede ser de un cartel o de cualquier otro innoble evento. Desafortunadamente, esa pequeña parte, porque es pequeña, llama mucho la atención. Yo espero que la película le pueda dar al espectador las dos versiones de nosotros.
Con EFE
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