ADN de restos óseos antiguos ha revelado que muchos vikingos no eran naturales de Escandinavia, sino procedentes de otras latitudes o de zonas conquistadas.
Además tenían el pelo castaño, no rubio.
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Una secuenciación de ADN de vanguardia de más de 400 esqueletos vikingos de sitios arqueológicos esparcidos por Europa y Groenlandia ha dejado claro que la identidad vikinga no se limitaba a las personas con ascendencia genética escandinava.
El estudio muestra que la historia genética de Escandinavia fue influenciada por genes extraños de Asia y el sur de Europa antes de la Era Vikinga.
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Los grupos de asalto de principios de la era vikinga eran una actividad para los lugareños e incluían a familiares cercanos. El legado genético en el Reino Unido ha dejado a la población con hasta un seis por ciento de ADN vikingo.
El proyecto de investigación de seis años, publicado ahora en Nature, desacredita la imagen moderna de los vikingos y fue dirigido por el profesor Eske Willerslev, miembro del St John’s College, Universidad de Cambridge, y director del Centro de Geogenética de la Fundación Lundbeck, Universidad de Copenhague.
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“Tenemos esta imagen de vikingos bien conectados mezclándose entre sí, intercambiando y participando en grupos de asalto para luchar contra los reyes en toda Europa porque esto es lo que vemos en la televisión y leemos en los libros, pero genéticamente hemos demostrado por primera vez que no era ese tipo de mundo.
Este estudio cambia la percepción de quién era un vikingo en realidad; nadie podría haber predicho que estos importantes flujos de genes hacia Escandinavia desde el sur de Europa y Asia ocurrieron antes y durante la era vikinga”, declaró en un comunicado.
EUROPA PRESS